La propuesta pretende poner en valor la Torre de San Miguel y dotarlo de una serie de servicios y mejoras de accesibilidad, sin modificar en medida de lo posible la edificación existente. La interveción se centrará esencialmente en la restauración de los elementos con valor histórico, la integración de usos que complementen la nueva oficina de turismo del Parque Natural y finalmente la mejora y ordenación del medio urbano colindante.
Se propone integrar una serie de nuevos espacios serviciales en un volumen lineal plenamente integrado a la largo del alzado norte de la muralla. Pese al dudoso valor de la muralla perimetral y sus cuatro torreones ,cuya construcción esta datada en los años ochenta, se considera oportuno que, dada la entidad visual que ha adquirido, debe permanecer para facilitar la incorporación de los usos y no interferir en la puesta en valor de la Torre. De este modo se pretende evitar un conflicto volumétrico derivado del derribo de la muralla. Sin embargo se cree conveniente la demolición de elementos añadidos recientemente tales como el volumen de acceso a la azotea, la pasarela, el forjado en el torreón oeste,etc…
La intervención en la torre se centrará en la consolidación de sus paramentos exteriores e interiores. Se establece como prioridad la mejora de la escalinata de acceso, aunque son escasos los restos de la escalera original, la configuración existente refleja volumétricamente el carácter defensivo que tuvo en el pasado. A su vez se adecuará la azotea mediante la instalación de una trampilla de acceso, barandilla perimetral, y pavimentación para su posible apertura como mirador. En el patio, se propone un recorrido perimetral que conduce a los visitantes a puestos informativos que se establecen en cada uno de los cuatro torreones. Además la propuesta pretende eliminar barreras arquitectónicas en planta baja mediante la ejecución de un pavimento drenante continuo.
Con la finalidad de diferenciar materialmente los elementos de mayor valor histórico y los añadidos posteriormente, se plantean dos acabados principales en la actuación. Por un lado un revoco con mortero de cal para el Torreón y su escalinata, y por otro un encalado tradicional blanco para las fábricas de la muralla y el nuevo volumen de servicios. De este modo se pretenden enfatizar las técnicas tradicionales más inmediatas.