Restoration of the old Ignacio Halcón School
Previo a cualquier consideración proyectual o formal es pertinente tener en cuenta dos principios con los que hacer frente a una situación de crisis ecológica, del planeta.
El territorio es un bien escaso.
Para evitar su consumo, será necesario alargar el ciclo de vida de los edificios y espacios públicos.
Procesos como restauración, rehabilitación o reciclaje y premisas como el kilómetro 0 en mano de obra, técnicas de aplicación y materiales, unidas a una reprogramación consensuada, han sido la base conceptual para el desarrollo de este proyecto, las cuales están más directamente relacionadas con fórmulas de conciencia ecológica, rescate de la memoria colectiva y desarrollo social para cubrir las carencias artísticas y culturales de una localidad muy castigada por la crisis, que con consideraciones estilísticas.
Los bienes de interés cultural tienen una serie de valores que el proyecto de arquitectura debe conocer, interpretar, conservar y potenciar, para integrarlos de manera natural, en la vida social cultural y económica, de una colectividad. El acomodo entre dichas necesidades de futuro y la preservación del patrimonio heredado, debe hacerse desde la perspectiva de la cultura en su propio contexto temporal y de acuerdo a los ideales de futuro de esa sociedad.
En el Antiguo Colegio Ignacio Halcón de Lebrija convergen dos circunstancias que han sido el hilo conductor de la propuesta arquitectónica: la complejidad espacial y la sencillez constructiva del bien. La complegidad surge de su propia historia, de las anexiones y divisiones, de los diferentes usos y obras de adecuación que lo han ido transformando sin destruirlo. La sencillez constructiva ha posibilitado el uso de recursos formales que han multiplicado sus posibilidades espaciales y flexibilidad funcional.