Capitanía del Puerto Deportivo de Barbate, Cádiz
El entorno portuario
El puerto de Barbate, uno de los más importantes del litoral meridional de la costa atlántica, próximo al cabo de Trafalgar, es el punto de costa abrigado más próximo a la boca occidental del Estrecho de Gibraltar. El puerto, situado en su origen en las proximidades de la desembocadura del río Barbate, se traslada en la década de los cincuenta a su actual emplazamiento, una zona geográfica que ofrece cierto abrigo natural, al sudeste de la playa de la Yerbabuena.
El puerto dispone de dos diques: uno de gran longitud que delimita la dársena interior al oeste y al sur, y otro de dimensiones más reducidas, que protege el ámbito portuario a levante.
El interior del recinto se organiza con gran claridad a partir del canal de acceso, que discurre en dirección norte/sur a partir de la bocana de ingreso; al este y al frente se extiende la importante zona pesquera, con muelles apoyados en la ribera y en el contradique oriental; al oeste, por su parte, se dispone el puerto deportivo que ocupa con sus instalaciones en tierra firme parte de la superficie que se apoya en la enfilada norte del dique de poniente; en su interior, dos muelles dispuestos en paralelo crean dos dársenas.
A través del canal de entrada, definido por los diques principales, se accede al espejo de agua abrigada en el que tienen lugar las actividades pesqueras, entre ellas la captura del atún, y, por otra bocana lateral, a las dársenas del puerto deportivo.
El edificio de capitanía ocupa un emplazamiento con un amplio dominio visual sobre el ámbito del puerto y su acceso; en concreto la nueva instalación se sitúa en el extremo septentrional del muelle que define la bocana de acceso al puerto deportivo. Esta disposición dota al edificio de cuatro orientaciones características: al norte sobre el acceso principal al área deportiva, registro de embarcaciones y control de entrada, al oeste una espléndida perspectiva general sobre el puerto deportivo, a mediodía el acceso desde el muelle, con el aparcamiento de automóviles y, al este, hacia el puerto pesquero y la bocana de acceso exterior.
El edificio
El programa funcional propuesto para el edificio incluye tres grupos fundamentales de requerimientos; el primero de ellos es el constituido por las dependencias de las oficinas de la dirección del puerto deportivo, que incluyen administración, servicios de atención al público y sus espacios complementarios. El segundo es el constituido por las oficinas de la Empresa Pública de Puertos de Andalucía, con despachos y juntas y control y seguimiento a la navegación, mientras que el tercero es un bloque de aseos y duchas, al servicio de los usuarios del puerto, que debe disponer de acceso independiente desde el exterior.
La disposición de los usos se propone en tres sectores claramente definidos desde la propia arquitectura, facilitando de esta manera la organización de los tres grupos funcionales requeridos. El edificio adopta una planta tipo en forma de L de brazos desiguales, el menor de ellos orientado hacia el norte –en cuyo interior se disponen el núcleo de comunicaciones verticales y los archivos-, mientras que el mayor se abre al oeste, con amplias perspectivas sobre el puerto deportivo, en cuyo interior se ubican las oficinas. En los puntos de confluencia de los dos brazos se configura una pequeña torre, que permite la observación y el control y supone, además, la recuperación de uno de los elementos característicos de la tipología.
En la planta baja, la forma de L permite delimitar un ámbito rectangular en cuyo interior se incluye un patio descubierto, que facilita la configuración de un espacio interno de relajación al abrigo de las condiciones climáticas del lugar, caracterizadas por la presencia de fuertes vientos. En el ángulo nordeste de este ámbito, se dispone el bloque de sanitarios con acceso exclusivo desde el exterior.
La entrada principal se abre en la fachada norte y, através del vestíbulo interior, encuentra una relación directa con el patio; el acceso trasero se dispone en la fachada meridional y, mediante un hueco de importantes dimensiones, pone en contacto directo este espacio con el exterior; a su alrededor se organizan los diversos usos, como marinería, almacén, oficinas y un espacio para botes. El patio se abre hacia el puerto pesquero mediante un hueco horizontal que perfora el muro oriental. Un alero en dos de sus laterales, un toldo, la jardinería aromática de verdes suaves y una fuente, acondicionan este espacio.
Los planos de cubierta se acondicionan como terrazas, en dos niveles. La del primer nivel, correspondiente al cuerpo de aseos, domina la entrada del puerto, amplía la capacidad del patio para la celebración de actos colectivos y permite observar actividades náuticas. El pavimento sobreelevado de hormigón del patio se emplea en las terrazas, dibujando con claridad los diferentes planos.
En el interior, superficies y elementos de madera de iroko perfilan los huecos y facilitan la construcción de las mamparas de división.
El puerto, lugar de intercambios entre tierra y agua, tiene como recurso básico las superficies en las que tienen lugar estas actividades. Superficies de agua y tierra que han sido previamente definidas por el carácter de la obra pública. La construcción de un edificio en este lugar debería recoger este carácter, fuerte y abstracto, alejándose de la idea de edificio urbano.
La construcción mediante muros portantes y losas de hormigón, con una estricta modulación de encofrados, define la estructura y los cerramientos exteriores. La carpintería es de aluminio anodizado para huecos –elementos móviles con una elevada exigencia de estanqueidad-, y acero inoxidable con paneles fenólicos.
Hormigón, vidrio, acero, aluminio, materiales con nítida expresión, reciben la luz cambiante de estos espacios abiertos envolviendo al edificio. Desde el gris sin matiz de volumen, de la bruma y la humedad de la mañana, apareciendo como una torre enigmática, al brillo claro de las superficies bajo el sol, con contraste de volumen y sombra. Finaliza el día con la naturaleza rosada y tectónica de la superficie y las líneas de reflejo de los elementos metálicos que aporta el último sol.