Escuela en Olesa de Montserrat
La relación del nuevo edificio con el entorno en el que se inscribe nace de la voluntad de reparar simbólicamente el violento recorte en el paisaje que supuso la antigua cantera de extracción de gravas.
Ello se consigue haciendo que las cubiertas de los dos edificios principales estén contenidas en un mismo plano inclinado que nace muy bajo en su contacto con la calle principal y sube suavemente tapando la base del corte artificial preexistente en la montaña, mejorando así su integración en el entorno.
Bajo este único plano inclinado se incluye todo el volumen del edificio de dos plantas de enseñanza primaria, que queda en segundo término bajo la prolongación visual de la cubierta del edificio de una planta de educación infantil que compone la fachada principal.
De esta manera la escuela consigue también adaptarse mejor a la pequeña escala de las viviendas unifamiliares que la rodean pese a sus 3.644 m2 construidos, ya que la imagen que ofrece desde la calle principal es la de un edificio de una sola planta.
Constructivamente, los volúmenes de los edificios presentan, por un lado, una envolvente unitaria en el sentido Norte-Sur compuesta por chapa "mini onda" y cubierta metálica y, por otro lado, unas fachadas Este-Oeste un poco rehundidas a base de paneles de resina compuestos con una abstracción de los dos colores dominantes en el paisaje: el verde oscuro de la vegetación que se incorpora como un verde pálido, y el marrón amarillento del terreno arcilloso que se transforma en un amarillo anaranjado.